Dar un buen feed-back es realmente un arte que requiere entrenamiento, paciencia, y olvidarse de uno mismo, sus prejuicios e ideas, para centrarse en lo que los demás expresan con su lenguaje, su gestualidad y su comportamiento.
Después de más de 20 años en el mundo de la empresa privada, mi experiencia es que falta mucho conocimiento y voluntad sobre el feed-back, por parte de tanto jefes como colaboradores. La mayor parte de las veces se confunde feed-back con consejos, opiniones, a veces con alabanzas y elogios de compromiso, instrucciones suavizadas, … en cualquier caso, casi siempre el mapa del que da el feed-back proyectado sobre el otro. No se da una verdadera escucha, hay una mera observación de lo que está ocurriendo y una urgente recomendación sobre lo que debería ser el siguiente paso para que la persona o el equipo se adapte a lo que se espera de ellos.
Por: Cristina Espallargas
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